LA NOCHE LOS ESPERA
Los poetas son locos, en algunos casos peligrosos. Un vaso volando en un bar puede descalabrar a algún parroquiano indeseable. ¿Qué hacia un niño chupando en La Noche? Lo peor, en compañía de la hija de Enrique Chirinos Poto, buen borrachín y mal poeta, lo contrario de Paolo de Lima.
Se cuenta que el padre la señora de la Noche (Madre de la Patria durante el día), famoso polemista y dipsómano murió sobre un chupe de camarones, de un fulminante paró cardíaco. La hija, heredera de la pensión Soto, no se le ocurrió mejor idea que lidiar con el peligro que tomar un trago volado en la Noche a altas horas en un bar en ebullición de borrachos.
Paolo celebraba la buena suerte de sus libros, cuando vio en medio del bullicio a la fiera de sus pesadillas y lanzo el único dardo que tenía entre manos, un dudoso ron servido a esas horas por un ebrio mozo.
Causó revuelo nacional, la universidad de Lima le quitó el trabajo a Paolo, y el apellido dejándolo en Gómez. Lima ha perdido quizá un gran vate, pero ha ganado un agitador de las brumas nocturnas y lanzador de relámpagos, truenos y rayos. A los congresistas les caen del cielo los vasos, y las piedras. La noche los espera a todos.
Pregúntenle a la gente por la pensión Soto. Hasta un congresista “niño” sabe lo que es. Ya nadie se engaña. El clamor general es que todos se vayan. El lema es: Sal-guano. El guano es el congreso del 95 % de desaprobación, que no quiere irse. Paolo solo quiso insinuar que ese guano está desinvitado, que tiene que caer, que ya debe irse. O va a llover.
Brindo por la esperanza que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino.
Por la esperanza, nuestra dulce amiga
Que las penas mitiga y convierte en vergel nuestro
camino.
Nota de nuestro amigo el poeta Juan Gómez Fernández. Asegura que la anécdota de Chirinos Poto exhalando el último aliento sobre un plato de camarones es absolutamente cierta.